Desigualdades en la distribución
Nuestro planeta “azul” se llama así porque el 75% de su superficie está cubierta por agua, pero está muy mal distribuida. Por ejemplo, el agua dulce representa menos del 3% de este abundante recurso, del que más del 70% está atrapado en los glaciares. Como resultado, menos del 1% de las reservas de agua son accesibles para nuestras necesidades, en forma de ríos y aguas subterráneas.
Esta reserva de agua es suficiente para satisfacer las necesidades de una población mundial de 7.000 millones de personas, pero desgraciadamente está distribuida de forma desigual en el planeta, sobre todo a causa de las fluctuaciones climáticas que crean diferentes condiciones de lluvia y evaporación en las distintas regiones del mundo. Por ello, algunos países tienen grandes reservas de agua (Canadá, China, Brasil, India, Rusia, Indonesia, Estados Unidos, etc.), mientras que otros están situados en zonas áridas o semiáridas (Níger, Siria, Palestina, etc.).
Pero la distribución natural del agua en el planeta no es suficiente para explicar por qué algunos países tienen problemas de abastecimiento…
Los Estados no disponen de los mismos medios financieros y técnicos para movilizar el recurso
El acceso al agua potable de calidad suficiente para el consumo requiere importantes inversiones para construir infraestructuras adecuadas. Además de gestionar este recurso, estas infraestructuras también se dedican al tratamiento de las aguas residuales para evitar la propagación de enfermedades y la contaminación de los recursos acuáticos. Algunas regiones del mundo sufren problemas de agua a pesar de que los recursos hídricos son abundantes: es el caso de la República Democrática del Congo, que tiene el segundo río más grande del mundo pero donde sólo el 2% de la población tiene acceso a agua de calidad satisfactoria. Los problemas de disponibilidad de agua reflejan, por tanto, la brecha entre los países pobres y los ricos.
La población humana también está distribuida de forma desigual
Asia tiene el 30% de los recursos hídricos disponibles en el mundo, pero también tiene el 60% de la población mundial, mientras que el Amazonas tiene el 15% de los recursos hídricos disponibles para sólo el 0,3% de la población mundial.
Muchos conflictos
Este precioso recurso está distribuido de forma desigual entre los países. De hecho, existe lo que las Naciones Unidas llaman “Las 9 potencias del agua”: Brasil, Colombia, Rusia, India, Canadá, Estados Unidos, Indonesia, Congo y China, que poseen el 60% del agua dulce del mundo.
Su escasez y distribución desigual dificultan su acceso. Por ello, el agua dulce ha estado en el centro de los conflictos desde hace cientos de años.
Algunos ejemplos:
Siglos I-II – Conquista del norte de África: rápidamente surgen conflictos entre los asentamientos militares y las poblaciones locales por el control del agua.
Siglo XV – Suiza: surgen conflictos entre pueblos por la captación de arroyos de montaña; se destruyen canales y los enfrentamientos intercomunitarios son a veces sangrientos.
1913-1925 – Estados Unidos: ataques con bombas al acueducto de desviación de agua del valle para abastecer a la ciudad de Los Ángeles.
1990 – Asia Central: estalla una gran violencia intercomunitaria entre Kirguistán y Uzbekistán por el reparto del agua. La violencia se saldó con 300 muertos.
Abril de 1999-febrero de 2001 – Kenia: enfrentamientos entre agricultores y pastores nómadas por el acceso y el uso del agua, con el resultado de más de 100 muertos.
Septiembre de 2004 – Angola: las disputas por el acceso al agua potable degeneraron en enfrentamientos interétnicos con el resultado de varias muertes.
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